JACK
No sabemos nada de su vida pasada, pero como de costumbre intuimos que no pudo ser buena si dependía de la persona que lo abandonó en la calle y lo dejó expuesto a cualquier peligro sin importarle cómo acabaría sus días.
Los días en los que estuvo en la perrera lo paso realmente mal. Todo le estresaba, en cuanto veía a sus vecinos de patio o de chenil ladraba. El resto de perros no querían acercarse a él y esto le generaba muchísima frustración y más estrés.
En estos meses hemos trabajado la reducción de estrés con Jack y tal y como nos tienen acostumbrados nuestros amigos los perros, con buenas pautas, paciencia, cariño y constancia fue dejando atrás al Jack estresado, para dar paso al perrazo que es ahora. Un perro bueno, cariñoso, juguetón, activo y vital que había estado eclipsado por ese estrés.
Ahora es su momento. Tiene muchas ganas de explorar el mundo como buen perro joven que es. ¡¡ADOPTA A JACK!!